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  • Writer's pictureCandela Review

Diario para Luis Manuel (Día 10)

Iliana Hernández


Cuando salgas leerás todos los diarios que hemos escrito para ti, no querrás perderte ninguno, y responderás a cada uno de los que hicieron un #DiarioParaLuisma para reírnos de las cosas que te hemos dicho.


Recuerdo cuando te conocí en persona, ya había oído hablar de ti pero no te había visto nunca. Fue cuando el tornado que arrasó con varias viviendas en los distintos municipios por donde pasó. Ese día yo salía de Regla y tú llegabas, nos encontramos en el semáforo. Estabas esperando a los que venían con ayudas que habían recogido para los reglanos afectados, y yo no podía quedarme más tiempo. Casi se hacía de noche y me daba miedo andar sola en La Habana de noche. Nos saludamos, hablamos unos minutos, y desde entonces empezó una amistad con altos y bajos, porque ambos somos muy cabezones.


Cuando Boris me habló de escribir un #DiarioParaLuisma pensé, cómo sería? ¿Qué digo en el diario? A mí me tocó el 27 de noviembre, justo el mismo día que muchos artistas se juntaron frente al Ministerio de Cultura exigiendo respuestas de tu paradero y la liberación de Denis Solís, y condenando lo que nos habían hecho el día anterior, cómo nos habían desalojado a todos de tu casa. Curiosamente, hasta ayer estuve contando, desde CiberCuba, las crónicas de los 10 días vividos en San Isidro, y hoy es como si siguiera esas crónicas. Hace un año de eso y seguro que tú también lo recuerdas. Es como si todos estos días estuvieras también en mis pensamientos. Tengo esa imagen intacta de cuando los dos nos miramos, estabas tú con los pies en un cubo de agua, yo tenía temor y tú esperanzas. Incluso en esos momentos tu mirada era esperanzadora.


Recuerdo también el último día que te vi antes de ese 11 de julio, cuando salió toda Cuba a las calles, y te apresaron. Fue el 3 de julio, era el día de mi cumpleaños. Óscar vino a buscarme y decidí no celebrarlo porque tenía amigos presos: Thais Mailen, Maykel y Esteban. Desde que habías salido del hospital después de tu huelga de hambre no había podido verte; un día intentaste llegar a mi casa con Carolina Barrero y te lo impidieron. Fue en los meses en que tenía vigilancia las 24 horas del día. Por gusto, al final fueron ellos los que se desgastaron y tuvieron que quitarla; hoy es a Carolina a quien tienen sitiada, ya no saben qué hacer con nosotras. Somos mujeres que no nos doblegamos y eso los tiene mal; somos muy cabezonas, tú lo sabes, porque siempre discutimos por eso.


Jajaja tantos recuerdos que vienen a mi mente, nuestras peleas eran fuertes, jajaja, pero bueno, como siempre dices, somos familia y las familias tienen sus broncas pero siempre se unen en los momentos difíciles. Extraño nuestras peleas, aunque el último día que nos vimos no peleamos, nos abrazamos un rato porque llevábamos meses sin vernos. Qué difícil nos hacen nuestras vidas, con lo bien que pudiéramos vivir todos en un país libre, ¿verdad? Tú hoy en esas mazmorras como un esclavo castigado por no obedecer al amo. ¿Cómo es posible que a estas alturas, con lo avanzado que está el mundo, aún exista la esclavitud en un país como Cuba? Y lo peor de todo es que sea aceptada por el mundo libre, aunque tengo que decir que estamos despertando conciencias, tu encierro no es en vano, el mundo está posicionándose de nuestro lado, y ya falta poco para que salgas de ahí y para que acabe esta pesadilla.


En tu ausencia han pasado muchas cosas. Aquí afuera estamos peor que nunca, inflación de precios, más colas cada día, más represión, ahora el régimen en contubernio con Nicaragua quiere que los cubanos se vayan por allí para USA, y crear otra ola migratoria, los billetes de avión están a más de $ 3000 cuando antes costaban $ 200... es como comprar la carta de libertad, solo que una carta insegura, porque no se sabe qué destino te espera, si mueres en el intento o te deportan otra vez para el ingenio esclavista, con una mano delante y otra detrás.


Los cubanos están desesperados, no saben qué hacer para acabar con esta dictadura. Algunos optan por irse, pero no todos tienen los medios para ello, está todo difícil... se nos han ido varios amigos, pero continúan con sus pensamientos en Cuba, haciendo por nuestra patria desde la distancia.


Yo, ya sabes que soy terca y no me dejo chantajear. En el último secuestro que me hicieron me montaron un circo para acusarme de difamación y ponerme una medida cautelar para que no saliera el día 15 de noviembre a la manifestación convocada por Archipiélago. --Esa es otra historia que te contaré cuando salgas--. Ese día me esperaban con unas cuantas patrullas y un grupo de personas en las calles aledañas a mi casa, y salí por La Habana, todavía están averiguando cómo lo hice, hasta envían a sus clarias a provocarme para que en un impulso cuente como fue, pero se van a quedar con las ganas. Algún día contaremos cómo fue, cuando Cuba sea libre.


Por estos días no tengo vigilancia visible, sigue la cámara en la esquina, pero ellos no están cerca. Quizá esperan a que me confíe para secuestrarme, vivimos con ese miedo diario en mi casa. Yo salgo muy poco para que mi mamá esté tranquila, pero sigo en mi lucha por la libertad. En Cuba todos estamos presos, tú en una celda de castigo, y nosotros en la gran prisión en la que han convertido nuestra isla.


Bueno creo que te he contado bastante de lo que han pasado durante tu ausencia de las calles habaneras. Sigues siendo una piedra en el zapato para la dictadura, incluso desde donde te tienen, estás creando tendencia y no te olvidamos.


Un abrazo fuerte, como el del último día que nos vimos en la casa del Cerro.

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